HOMENAJE A LA PEQUEÑA ANA




¡Qué maravillosa era Ana Torrent de pequeña! Qué talento interpretativo apenas alcanzado el metro del suelo, qué soberbia naturalidad y dramatismo desprenden cada una de sus actuaciones, qué maravilla de ojazos que todo lo expresan, que ataladran, curiosean o se espantan ante la imaginación de esa pequeña actríz que tan poco sabría de la vida y la muerte cuando filmó esta escena en "Cría cuervos", una película de Carlos Saura en la que su presencia potencia el film a obra de arte. Grandísima estuvo también en "El espíritu de la colmena", aún más pequeña que aquí y ofreciendo una actuación cargada de dramatismo y profundidad, una de mis películas favoritas. Ana Torrent es buena actríz, pero creo que con los años ha perdido bastante en su profesión; de pequeña era todo un genio. Uno de esas artistas que lo son sin proponérselo, genuinamente, como son los niños. Sus interpretaciones son arte puro, el arte que se lleva dentro; es difícil de encontrar y más en una niña pequeña. Creo que es la única pequeña "estrella" que me ha conmovido detrás de la pantalla. La canción de Janet tampoco está nada mal y queda como un guante en la película.

http://www.filmaffinity.com/es/reviews/1/641823.html


EL MEJOR SER HUMANO



   Ayer hizo un año que dejé de notar tu delicada presencia entre nosotros. Te fuistes como vivistes: discreta, sin querer molestar, siempre en tu sitio; echo tanto en falta tu humildad... Apenas te fuistes y el ángel de tu guarda se posó en mí, impidiéndome llorarte tanto como te merecías, porque sé que tú me protegías de mí misma transformándote un poco en mí, incluso ahora, al escribir estas palabras. Pues eres tú la que dió sentido a este año de luto que tanto me ha dado dentro de su sinsentido. Y esque intenté ser tú en muchas cosas. Ser generosa y valiente, dar mi corazón sabiendo lo que valía, no ocultarme mis temores; valorar mis estudios por encima de la titulitis. Tú siempre decías que era un regalo que te haces a tí misma; mujer sin estudios superiores pero siempre tan culta, tan elocuente...

¿Por qué eras tan encantadora yaya? Desde que te has ido el mundo me parece más frívolo, más frío, más infeliz... Tú siempre estabas dispuesta a escuchar, a no ceder ante los gritos. Tú me hicistes creer en la Bondad del ser humano. Fuistes "madre" tan pronto que todos hemos crecido siendo tus hijos. Yaya, has sido la persona que más me ha apoyado a lo largo de los años, mi referente a admirar, y me he encontrado muy perdida. Tú me querías tal y como era; y fuistes la primera persona en amar a mi humanidad. Ojalá nunca se fueran personas como tú, pero estando lejos de aquí, tengo la sensación de que sigues entre nosotros, porque no puede haber una vida donde lo mejor de ella desaparezca como el polvo. Sé que adonde tú has ido me gustaría ir, a veces hasta me tienta, pero sé que sería ir contra esa promesa, y sé, a mi pesar, que no hay nada, y de ahí mi pena. Porque ya no podrás sentarte en tu mecedora calentita en invierno a ver pasar las horas felices de tus recuerdos. Eras ya tan ancianita... que en realidad quiero creer que te fuistes tranquila, pensando que era lo que te tocaba "vivir". Supongo que todavía soy joven para comprender estas cosas. Pero parecías cómoda en tu vida cuasi centenaria, aunque al mismo tiempo cansada... Tal vez por eso tu muerte fué dulce, yaya, porque era lo que te tocaba "vivir", y como siempre te "conformabas" plácidamente con lo inevitable, para qué luchar contra el tiempo. Siempre aceptastes a la naturaleza como superior a los hombres, siempre respetastes los valores y las casualidades y sensaciones; eras sencilla, no tenías ego, porque sabías que la vida era demasiado valiosa para despreciarla con tonterías. Eras la única Mujer que he conocido, por no exagerarlo a Persona; tú ya habías madurado mucho antes que en tu última hora, y aún siempre dispuesta a madurar más... Quizás ahora te hayas reunido por fín con tu marido, tantos años separados y ahora yacéis juntos. Qué pena no haberte conocido mejor labi.

Pero tú siempre vivirás en mí yayeta, porque si ahora soy como soy, es gracias a tus valores y a tu ejemplo. Tengo tanto que agradecer, que se me hace vacío hacer una lista. Sólo puedo decir que eres la persona más fuerte, generosa y digna que he conocido y que, de algún modo, siempre estarás conmigo guiándome con tu cariñoso, amable y sabio recuerdo. Es tanto lo que me pudistes ofrecer que me siento indigna de seguir llorándote sin vivir lo que tú ya no puedes. Porque sé que no te has ido del todo, a veces percibo cerca tu presencia y eso me tranquiliza, allá sea sólo mi voluntad que tanto ha ganado en riqueza desde que tú te fuistes y dejastes tu legado en mí.

Gracias por ser como eras y serás siempre en mi pensamiento.