"LA CONDESA"



  No podía. Su cuello delgado pero fibroso rebosaba salud y vigor; la bomba de su corazón era potente, y, (en otra ocasión), se hubiera sentido atraída, ¡excitada!, por aquél hombre fuerte y consistente... Era su tipo; pero no podía. Y lo peor es que no sabía por qué. Una mezcla de rabia y repulsión se lo impedían, ¿se estaría volviendo loca...? Sabía que ya tenía superada la etapa inicial, le costó cincuenta años, era agua corrida: no era humanidad. Hacía más de dos siglos que no era humana, que sabía a qué raza pertenecía y comprendía qué debía sentir. Una vampiresa veterana, guerrera de mil noches en vela, solitaria amante de la luna... y todo aquél romanticismo tan idiota pero necesario para subsistir en el inframundo; mucho más real que los sentimientos de compasión por un humano: la comida. Aquello era ridículo, por aquél joven no sentía compasión, ni el más mínimo aprecio, en realidad lo odiaba; porque la impedía alimentarse, le asqueaba... Si hubiera sido la joven que fue le hubiera cruzado la cara, aún sin saber tampoco por qué. Y ése era su tormento, ¡¿por qué...?!

Había estado toda la noche como un zombi, más muerto que ella; sí... sabía qué buscaba. Que le matara. Un caso raro pero no el primero de su segunda vida; y ahora la miraba fijamente a los ojos, con esos ojos que apenas chispeaban... Que solo se sorprendieron un segundo ante sus colmillos y luego... ¡a suplicar que le mordiera, a desabrocharse botones de la camisa y enseñarle el torso! Hacía una semana que no tomaba bocado y él estaba tan apetecible... pero no. ¡Que no podía! "Por favor, mi vida es un tormento", decía el desdichado; la Condesa lo miró con asco, "¿pero crees que no quiero comerte imbécil?, ¿que te tengo piedad?", dijo para sí. "No puedo, ¡soy un monstruo...!", se burló la no muerta. Pero el joven estaba demasiado cansado para rebatirla; "por favor...", "¡cállate ya!". El único momento, ¡el único placer de la vida de un vampiro...!, y ése joven se lo estaba arrebatando; "¡¿por qué...?!, ¿qué me impide matar a este imbécil que desprecia la vida?; si él supiera lo que es la vida... Esta generación es una vergüenza para la humanidad si yo pudiera eliminar a este parásito..."

Y, ¡de repente!, ¡una bombilla se encendió es su mente! Era la chispa que tanto había estado esperando durante tantos lustros... En su segunda vida siempre había matado para comer, ¡basaba su vida en comer!; y eso la había llevado a la depresión. ¡No podía seguir viviendo con ese objetivo tan mezquino!, ¡tenía que haber más!; y al fin lo comprendía... El sentido de su "vida" era hacer algo bueno para el mundo, dejar un legado histórico. Matar a un ser que quiere morir era devolver a la naturaleza lo que es suyo, devolver la materia a la tierra para que todo siga prosperando y el ciclo se regenere. Era un bien global: para la Tierra, sus habitantes, plantas, cordilleras, ríos... y si se ponía grandilocuente... ¡¡se diría que para el Universo entero!! Ella tenía la potestad de poner en orden el ciclo natural, incluso podía seleccionar a partir de ahora con más sensatez a quién matar: ancianos, suicidas, enfermos terminales que no tuvieran la sangre contaminada... No tenía porqué condenarse al infierno por ser vampiresa, ¡no tenía porqué ser malvada!; pero, sobre todo, su existencia había adquirido un sentido en el engranaje del mundo. Y eso la haría soportar con más ánimo la eternidad...

Y sus dientes se clavaron con furia y ansia en el cuello del joven y, con sumo placer, sorbió la savia de la vida, que de nuevo corría por sus gastadas venas.




CAT STEVENS "MORNING HAS BROKEN"


  No se puede decir nada de esta canción, tan solo escuchar...





ENTRE LOBOS



  "Entre lobos" es una película extraordinaria, de la que no dudaría en calificar con un 9, ayer la vi; pero no es de ella de quien quiero hablar sino de lo que nos narra. Un hombre entre fieras. Un caso real: la vida de Marcos Rodríguez Pantoja entre los lobos. Desde niño su sino fue trágico: su madre murió cuando no alcanzaba los siete años de vida, su padre se casó nuevamente, con una mujer que le maltrataba a él y a su hermano, como eran más pobres que el ganado que cuidaban, (retrata las miserias de una Còrdoba de señoríos y siervos); su padre decidió venderlo a su señor que lo confió a un cabrero huraño y solitario, para que le ayudara con las cabras. Éste, hombre fuerte y de campo, le enseñó todo lo necesario para sobrevivir en el bosque repleto de animales como jabalíes y lobos; ya se estaban tomando afecto... cuando éste señor murió. Y quedó solo a merced de las bestias salvajes. Con tan solo siete años, este crío tenía que hacer fuego, apañárselas para comer y protegerse de todos los peligros, innumerables, que pueden acechar en el bosque, SOLO. Este niño, increíble, no obstante, sobrevivió; en gran parte gracias a los lobos.

  Cuenta el propio Marcos Rodríguez Pantoja que se acercó a una camada de lobeznos que estaban comiendo para robarles carne cruda, hasta tal punto llegaba su desesperación; cuando llegó la madre, le cortó un pedazo de la pieza: y le lamió, en señal de adopción. Si no fuera por este gesto, lo más probable es que el niño hubiera fallecido de inanición o hubiera servido de almuerzo a otro lobo. Pero vivió hasta los diecinueve años, doce años, entre estos animales, como un más de la manada. Cazaba ciervos, iba descalzo, comía carne cruda... Un auténtico salvaje; admirable precisamente por eso. ¿Quiénes de los que estamos leyendo este hubiéramos sido capaces de sobrevivir una sola semana?, ¡qué digo semana! ¡un día entero! Desde luego yo no levanto la mano. Realmente admirable, ¡un héroe!, ¡un valor y fortaleza de uno entre un millón!

  Pero los seres humanos estamos en todas partes, no dejamos vía libre a la naturaleza: y así fue encontrado, y llevado a "reeducar". Cuál fue mi disgusto al ver el documental que filmó el mismo director de la película, Gerardo Olivares, sobre la vida posterior de este coloso. Sin entrar en detalles, parece ser que fue objeto de estudio para una tesis y para la antropología, cosa que no me parece mal siempre que él quisiera; pero nadie se encargó de ofrecerle una educación en compensación por aquellos años perdidos que eran LOS AÑOS DE ESCOLARIZACIÓN, es decir: los años en que se forma la mayor parte de la cultura y conocimientos útiles del ser humano. En lugar de eso se dedicaron a bautizarlo y demás parafernalias misioneras. Sin formación y perdido en un mundo donde los seres no dañan para comer, sino por gusto; donde no se valora el simple hecho de levantarse cada mañana y sobrevivir; acostumbrado a la vida noble, dura y pura de la naturaleza... Marcos se sentía desubicado. Y fue marginado, llegando a caer en la mendicidad.

  Tuvo la enorme "suerte", si es que se puede llamar suerte a la caridad de un hombre generoso y a un alto en el camino en una vida llena de desgracias, de conocer a un señor viudo, que también se sentía solo, que le "adoptó" durante más de diez años, (creo que ha fallecido devolviéndole a Marcos su trágico sino). Éste, su amigo, su confidente, habla en el documental de Marcos (que no es ninguno de los dos), y apenas dice nada bueno; en una ocasión le llega a llamar "niño", justificándolo, claro está, por lo mal que lo ha pasado (señal de que él es hipercomprensivo y especial). También aparece el antropólogo de la tesis que al igual que el amigo, habla con sumo cariño de él reconociendo lo difícil que fue su experiencia, con introspección psicológica, concluye que él adaptó el medio a su imaginación porque necesitaba comunicarse. De tal forma que los lobos no eran sus "amigos" (si esa palabra se puede denominar así entre hombre y animal), sino que solo se acercaron a él porque les daba de comer. Y ahora viene donde me río y me troncho a carcajadas... ¡un niño de siete años domesticando a los lobos como si fueran caniches! Pero vamos a ver... si eso fuera tan fácil ¿no lo habrían hecho ya los cazadores, que son adultos? ¿Y qué alimento puede proporcionar un crío de siete años a un lobo? ¿bellotas...?, ¡jajajaja! A no ser que estos refutados y honorabilísimos científicos crean que los lobos juegan como cachorritos, supongo que el niño les lanzó un palo y eso les gustó ¡jaja!

  ¿Por qué el ser humano cuando no comprende algo se lo saca de la chistera o lo rechaza tajantemente? Además de marginado este salvaje tiene mucha imaginación... Pues por supuesto no es una persona cultivada, no tiene estudios ¿por qué no...? No digo que para mí sea fácil de creer que los lobos puedan criar a un niño, y por supuesto no me acercaría a uno de ellos por muy "buenos" que me dijeran que son; pero la sesuda explicación de estos científicos de un niño que domestica lobos todavía es peor. No hablan de domesticar, naturalmente, pero si dicen algo similar a esto "él se imaginó que eran sus amigos porque le salvaban de apuros cuando los lobos solo se acercaban porque les daba comida", osea lo que dije antes de las ricas bellotas que repartía el niño, (¡y sí ya sé que los lobos no comen bellotas!). Además, siendo humano, el niño de siete años hubiera sobrevivido solo en ese entorno inhóspito, sin ninguna protección, claro claro... Lo más chistoso es que se refieren al caso como del niño que fue CRIADO por lobos; "criado", de protección, alimentación, educación...¡jajaja! La palabra "amistad" se desvirtúa si no es de humano a humano, y si somos naturalistas a tope: entre conejo y conejo, entre loro y loro, entre tortuga y tortuga, entre chimpancé y chimpancé, etc; pero tal vez exista un tipo de "amistad" entre diferentes especies, llámese cómo se llame eso. ¿O es que acaso un perro llora cuando su amo muere porque está recordando la comida que no le servía?

  Y el caso es... que Marcos Rodríguez Pantoja, una persona que combatió más allá de las fuerzas humanas para sobrevivir (no todos los metabolismos lo resistirían), que no enloqueció ante la soledad ABSOLUTA y al pavor de pertenecer al primer orden de la cadena alimenticia de los depredadores, ¡con solo siente añitos!; un hombre tan adaptable como para salir ileso de tal situación, con tanta inteligencia, determinación y entusiasmo por la vida... Fue marginado, incomprendido, ridiculizado, simplemente por no ser como los demás; por no hablar fino; por no tener la misma educación ni valores... Quizás por no darle la suficiente relevancia a cosas materiales como comer en un plato, vestir, vivir en un hogar, no darle importancia a una enfermedad grave pero no mortal... Son cosas que te hacen reflexionar sobre: hasta qué punto estamos inmersos en la educación y/o cultura que no somos capaces de valorar las capacidades de este señor diferente. Curiosamente, su adaptación al mundo animal para su supervivencia; le llevó a no comprender las normas sociales que rigen al hombre. Curiosamente... su salvación fue su perdición. Tuvo que reeducarse, con todo el esfuerzo mental que eso supone, y tirar a la basura muchas de las razones que le ayudaron a vivir, para poder adaptarse al mundo finolis y sensibloide de los humanos; un mundo que confunde la caza a dentelladas con el instinto y el aprecio por las cosas sencillas de la vida con falta de expectativas. Un mundo del que le echaron cuando era pequeño: por dinero, su propia familia. TENÍA QUE AMAR AL SER HUMANO PARA REEDUCARSE Y ADAPTARSE. Y eso también fue su perdición; porque un hombre como éste, que ha salido ileso de tantas situaciones difíciles, que ha tenido que madurar desde tan joven, que fue tirado al arroyo por su propio padre, humano... No puede amar más el civismo del hombre que el modo de vida salvaje que le ayudó a sobrevivir. Sería ilógico. De tal forma que él nunca terminará de adaptarse, sus valores y dignidad no se permiten; porque los primeros en tratarle como a una familia, desinteresadamente: FUERON LOS LOBOS. De ahí que ahora este hombre, de más de sesenta años, nos diga que la única vez que se ha sentido plenamente integrado, adaptado y aceptado en su vida, fue junto a los lobos. En vez de recordar aquellos años como una pesadilla aterradora, ¡reconoce con orgullo que él entonces era feliz!

  Y lo que tiene que haber sufrido una persona para llegar a esta conclusión en la última etapa de su vida...





INTROVERSIÓN




  En estos tiempos que corren la introversión es algo más extraño, aún, de lo que siempre ha sido. En estos tiempos de famoseo y llamadas de atención "porque estoy vivo", en que hasta las empresas miran tu perfil facebook para ver si serás apto para un puesto de trabajo, (¡un perfil de facebook!, ¡donde si uno se aburre mucho puede hasta colgar fotos de sus excrementos basta que sea "novedad"!), debería verse con cierto interés la introversión; pero supongo que eso no concuerda mucho con la teoría haz lo que sea pero demuestra que estás aquí. Bueno... ¡es que es precisamente eso lo que no entiendo!, ¿por qué demonios nos tenemos que hacer notar a todas horas delante de quien sea y como sea?; ¿"porque estoy vivo" por lo de "¡carpe diem!"...? Hay muchas formas de estar en el mundo, y, ¡ojo!, no hablo de quedarse callados por miedo al ridículo, (que hay gente que lo ahuyenta hablando sin ton ni son): hablo de seleccionar qué parte de mí ofrezco, para quién y por qué. Mimar tu intimidad. No sé porque se tiende a pensar que la persona introvertida no da suficiente valor a su vida; ser introvertido o extrovertido no tiene nada que ver con la autoestima, pero si nos ponemos en términos absolutos la introversión supone no exponer tu persona, y eso bien puede ser un acto de amor propio.

  Naturalmente no estoy hablando de ser introvertido o extrovertido, sino de los valores implícitos en el hecho de valorar la introversión; el apreciar aquello que no sabemos del otro, el misterio que eso entraña... La curiosidad que debería despertar lo desconocido, un desconocido, solo por el hecho de serlo. No no veo beneficio en el enseñar tu vida a los demás si es "porque todo el mundo lo hace", como moda o incluso como norma; de acuerdo que solo enseñas lo que crees conveniente, pero si en tu cabeza tienes el chip de "tengo que mostrarme para ser alguien", por mucho que selecciones... terminarás pensando que guardarte cosas para ti no sirve de nada. Despreciando la intimidad y la soledad. Algo fundamental para encontrarnos o perdernos nuevamente... "La búsqueda interior", como diría un psicólogo pedante, profundizar... supone no darlo todo por hecho. Tener la esperanza de encontrar un abanico de posibilidades que, a simple vista, "no están", reporta esperanza y amplitud a tu mente; y por consiguiente multiplica tus oportunidades vitales. No se trata de confiar más en la bondad del ser humano, sino en ampliar las posibilidades de cómo puede  ser "la otra persona", (que en verdad tarde o temprano verás reflejada en tí). Quizá ése no es lo que parece, quizá haya algo más y mejor de lo que aprecié en el primer ramalazo... ¡o todo lo contrario!, quién iba a decir que esa mosquita muerta... La capacidad de sorprendernos se pierde con los años de forma natural, es posible que llegue un día en que casi todo nos de igual, ¿no será mejor retrasarlo alegrándonos de nuestra capacidad de sorprendernos? 

  Es nuestro mundo interior secreto; un paraíso sobre el que nadie más puede opinar y en el que siempre seremos alguien especial, independientemente de dónde y con quién estemos. Es incluso interesante dar una imagen contraria a lo que eres, ¡hacer un poco de teatro!, aunque corras el riesgo de aficionarte demasiado y, a la hora de querer dar a conocer parte de tu mundo interior, no poder desprenderte fácilmente de esa farsa con la que te responsabilizaste con "los demás". Puesto que la autenticidad existe, (o "no existe"), siempre; independientemente de cómo nos sintamos, no hay forma de escapar. Podemos engañar al otro, pero no a nosotros mismos; autoengañarnos, pero siempre habrá quien nos abra los ojos...  Por lo tanto, mejor centrémonos en elegir bien el disfraz, (meditándolo), antes de exponerlo, ¿no?, aunque solo sea un disfraz, ¡que sea nuestro disfraz! Siempre que nos afecte lo que ocurra en nuestro "mundo exterior", (y así debe ser), el interior tendrá material para seguir creciendo y fallando, ofreciendo nuevos retos que habrá que solucionar con ayuda del mundo exterior. Y como más cosas interesantes y positivas puedan "enseñar" esos "seres del mundo exterior", más ricos nos sentiremos, independientemente que estemos en compañía o en soledad.

  Pero para eso habrá que creer que no todo es lo que aparenta ser cuando solo conocemos la superficie, que cada uno tenemos un mundo interior muy rico, (el que reservamos mediante la introversión), lleno de aciertos y taras, que no se conocen de un día para otro; que están en constante evolución... Como más amplio sea el abanico de oportunidades que esperas encontrar tras la primera impresión, más emocionante y estimulante te parecerá el mundo; más interesante te percibirás tú.